Aroa Chao, gestora cultural, artista y diseñadora, profundiza en este proyecto site-specific alrededor de las figuras de las "beguinas" (y el "beguinaje"), todo un movimiento social, cultural y místico en torno a estas mujeres medievales, y el misterio, que aún a día de hoy, siguen suscitando
Begin the beguine es un proyecto multidisciplinar que busca re-visibilizar los movimientos e iniciativas comunitarias de algunas mujeres muy concretas del Medievo. Los esfuerzos depositados en el mismo, cristalizan en producciones y formaciones culturales, artísticas y políticas de profunda relevancia en Bélgica y España. Para adentrarnos en estas figuras y su mundo, es un requisito preliminar el liberar nuestra mirada de prejuicios, pudiendo así acercarnos a su rastro cultural, espiritual, literario y artístico. Ellas vivieron y marcaron un período de formación y desarrollo, cuyas condiciones se nos revelan radicalmente más libres de lo que creíamos saber a día de hoy.
Este trabajo se nutre de una investigación desarrollada en Bélgica desde febrero de 2022, siguiendo el rastro de la huella beguina. Parte de registros impresos en Bélgica -examinados desde una metodología patrimonial, y más allá de ella- y traza nexos de unión con España. Este viaje metafórico nace de visitas a los trece beguinajes flamencos clasificados como Patrimonio de la Humanidad por la Unesco (1998), y a otros ajenos a dicha lista patrimonial -en Alemania, Holanda y España-.
La peregrinación a estas localizaciones pone en relieve la ausencia, calidad y el sesgo de información relativa a ellas: los museos locales carecen de descripciones históricas fidedignas -más bien, resultan de carácter amateur-. Esta dinámica impregna la sociedad general: incluso los habitantes locales, que viven en estos edificios o conviven con ellos, no suelen tener una noción muy clara de su verdadera historia, resultándoles difícil discernir si las mujeres que vivían aquí eran algo más que monjas raras.
En estos espacios perviven algunas fuentes históricas que hablan de sus antiguas moradoras. En los tablones de anuncios habituales de las iglesias ubicadas en los beginajes, se suelen apreciar elementos tales como algún recorte de periódico o alguna fotografía del siglo XX, ecos de la comunidad de religiosas que allí vivía, dedicada a labores de recogimiento, como la repostería, el famoso encaje o la exquisita horticultura. Sin embargo, la historia que las precede es mucho más amplia y más rica de lo que se puede encontrar aquí. Estos lugares, cargados de símbolos, albergaron unas actividades de mucha mayor profundidad que las que se divulgan turísticamente. Desde 2023, Begin the beguine busca colaboraciones con diferentes organismos e instituciones para poder iluminar y acercar al público esta herencia cultural, de vigencia y valor incalculables.
En algún momento de la segunda mitad del siglo XIII, una mujer beguina responde así a las reprensiones de un doctor de Teología:
[…] Vosotros aprendéis y nosotras tomamos. Vosotros comerciáis y nosotras compramos. Vosotros ilumináis y nosotras ardemos. Vosotros creéis y nosotras sabemos. Vosotros pedís y nosotras tomamos. Vosotros amáis y nosotras languidecemos. Vosotros languidecéis y nosotras morimos. Vosotros adelgazáis y nosotras engordamos. Vosotros cantáis y nosotras danzamos. Vosotros florecéis y nosotras fructificamos. Vosotros probáis y nosotras saboreamos. […].
Estos lemas, de concisión y fuerza asombrosas, muestran un real empoderamiento avant la lettre – silencioso y no beligerante- de aquella comunidad inédita. Parecen prefigurar el corpus de un manifiesto identitario actual, con enunciados a modo de eslóganes fulgurantes. Una subversión, fruto de la contemplación y de la acción, que confiere una autoridad mayor que la de los libros.
La mujer beguina se constituyó, pues, contra la lógica del zeitgeist medieval y eclesiástico, con su maquinaria del orden del discurso; contra toda normatividad reguladora de las formas sociales y sus dispositivos de subyugación: el voto o el matrimonio. Pero se trata de una subversión desde dentro, cuando la ley se revuelve contra sí misma, desde el seno de las creencias y sus estructuras.
Así, las beguinas o beatas -como se denominaron en España- fueron mujeres laicas y devotas, sin votos ni jerarquía. Se rigieron por la régle de fins amans, precursora del amor cortés. Vivieron en pequeñas agrupaciones, esencialmente en los Países Bajos y España, emancipadas de la ciudad -material, social y espiritualmente-, erigiendo sus misteriosos beguinajes, auténticas micro-sociedades, como breves oasis del curso histórico.
Begin the beguine trata de igualdad, de dar voz a siglos de silenciamiento en ámbitos que nos equiparan en todos los aspectos. Las beguinas eran agrupaciones de mujeres contemplativas, cristianas, dedicadas a ayudar a los necesitados, enfermos, desamparados. Pero, por encima de todo -y pese a todo-, se dedicaban a medios por los que alcanzar la erudición. Su labor pudo llegar a la actualidad gracias a aliados destacados: si las primeras místicas iletradas no hubieran contado con el apoyo de un fiel transcriptor, no existirían los importantes manuscritos de los que disponemos -que fueron escondidos hasta nuestros días-.
Entre las beguinas destacan grandes artistas, iluminadoras, visionarias, místicas, escritoras, estrategas, incluso reinas -Leonor de Aquitania (1122-1204) fue una mujer de inmensa cultura y vastísimo poder político en la Europa medieval-.
Las beguinas eran mujeres que llevaban una vida semireligiosa y que han encarnado algunas de las experiencias más libres de la historia. Estas personas eran laicas y religiosas a la vez. No eran monjas. Eran absolutamente independientes del control masculino, tanto familiar como eclesiástico. Los votos eran temporales: tenían permiso para volver a sus vidas externas a la congregación con total libertad. Muchas se unían a estos grupos de mayores, ya viudas.
Este movimiento se origina en Flandes, extendiéndose a toda Europa. Por la gran unión histórica entre Bélgica y España, presenta un fuerte arraigo hispánico. Sin embargo, la Iglesia católica, en su intento por controlar todas las maneras de devoción laica, recela de esta forma de vida, vinculando a las beguinas con la herejía. Se generan grandes polémicas y disputas en el seno de la Iglesia: por ejemplo, el papa Clemente V, condena el movimiento, mientras que el papa Juan XXIII es un gran defensor de este.
En el siglo XIV la Inquisición condena a la beguinas y se emiten varias bulas para someterlas a disciplina papal. El 7 de octubre de 1452, una bula del papa Nicolás V fomenta el ingreso de las beguinas en la orden Carmelita -se presiona a las beguinas para integrarse en las ordenes religiosas “oficiales” ya existentes e ingresar en una comunidad de monjas, o bien disolverse-. La historia de estas mujeres se cruza con la de la Inquisición, en el marco del desprecio a cualquier iniciativa femenina.
La Iglesia trató de someterlas, de ordenarlas, de colocar a estas comunidades libres bajo una tutela -y, si se negaban, se las quemaba-. La Inquisición fue abolida definitivamente el 15 de junio de 1834. Los beaterios desaparecieron de los reinos hispanos. Actualmente, el término “beata” se ha llegado a vincular a un concepto despectivo, en referencia a mujeres sumisas y que van mucho a la iglesia. Sin duda, han utilizado un buen disfraz, pues sus saberes han podido llegar a nosotros por medios muy diferentes. Ahí reside su erudición, han conseguido por medio de hilos, tejer canales de información y seguir cultivando medios de cuidado, refranes encriptados, técnicas artísticas o imágenes que, a día de hoy, son pilares de la sociedad actual, arquetipos mitológicos cargados de carga simbólica, aguardando a ser descubiertos.
La propuesta Begin the beguine está concebida como una exposición site-specific en contextos y espacios definidos: naves, salones de abadías, conventos desacralizados, o incluso lugares expositivos contemporáneos. Estos espacios estarán intervenidos desde semióticas presentes, donde los lemas de las comunidades beguinas se muestran transcritos en impresiones o proyecciones; en caligrafías, tipografías o tags contemporáneos. De este modo, aquellas prácticas emancipatorias y espirituales se ven ligadas a nuestros modos de expresión más exaltados y lúdicos. El olvido del beguinaje queda así desactivado, integrándose en las prácticas de celebración y emancipación de los movimientos actuales de ideología de género. Si dicha emancipación se constituye por actos que conforman realidades o narrativas, aquellas comunidades desplegaron estrategias performativas como el juego y la representación de roles -disfraz, personificación o hábito de hombre-. En esta exposición se incluyen dispositivos de reconstrucción de lenguas flamígeras, evocando, a la vez, la llama viva de su misticismo y el pavoroso auto de fe. También aparecen voces en off de mujeres relatando de forma fragmentaria jalones y episodios de las beguinas, como una concatenación azarosa, propia de la narración dislocada que les ha conferido la Historia.
Imagen cabecera: detalle de Foto del tablón de información sobre el beguinaje, Iglesia de Santa Isabel Brujas, 2023. Cortesía de Aroa Chao.