Hablamos con co-net art, colectivo formado por dos artistas: Carlos Sebastià y Agustín Serisuelo que, entre múltiples acciones, impulsan las residencias artísticas de PhotoRes, ArtRes y CeramicRes (Open Studio próximo 1 de diciembre), con el apoyo de diversas instituciones públicas y todas afincadas en la provincia de Castellón. Estas residencias parten de una relación más orgánica entre el artista y su entorno más inmediato, caminando hacia un mayor calado del arte en la sociedad en la que se inserta. Hablamos con Carlos Sebastià y Agustín Serisuelo, co-net art, sobre residencias artísticas y su peso en la trayectoria de los creadores, arte y sociedad o la importancia de unir lo local y los encuentros artísticos como agentes culturales.
SM: ¿De dónde surgió y cómo se gestó el doble proyecto de ArtRes y CeramicRes?
Carlos: Los programas ArtRes y CeramicRes suceden en dos años distintos. Nosotros trabajábamos cuatro años atrás con la residencia PhotoRes y después nació la residencia de cerámica y tras comprobar la buena experiencia que tuvimos en Alcora, surgió la oportunidad de trabajar junto al museo de Vilafamés y trasladar la residencia de foto allí, además con eso conseguimos apoyo por parte de la Diputación y también del Consorcio de Museos y ampliamos la beca de un mes a dos meses.
SM:¿Por qué en Vilafamés y por qué en l’Alcora?
Agustín: Desde Co-Net_ creemos que es muy importante dotar a este tipo de proyectos de una identidad concreta y el territorio, el lugar donde se realizan estas residencias, es lo que da al proyecto esta identidad propia además de darle una identidad social.
Alcora, en el caso de CeramicRes, es el epicentro de toda la industria cerámica actual y constaba de mucha artesanía a nivel histórico relacionada con la cerámica; el pueblo tiene una relación directa con los procesos cerámicos. Además, tenemos la ESCAL (Escuela Superior de Cerámica) que es el lugar idóneo de trabajo para los artistas, también el propio pueblo el entorno y el contexto agrupan y acogen de una forma más directa a los artistas que trabajan cerámica en este sitio.
En el caso de Vilafamés, se pretendía recuperar el ambiente, la identidad del pueblo. Pueblo que recuperó todo el casco antiguo y creó el museo en su origen popular y actualmente MACVAC (Museo de Arte Contemporaneo Vicente Aguilera Cerni). Queríamos recuperar esa identidad de los años 70 cuando los artistas de ese momento residían en el pueblo y ha sido una grata experiencia, dado que los vecinos han acogido de una manera magnífica y maravillosa a los proyectos artísticos, haciéndolos un poco suyos.
Por eso, desde nuestro programa, creemos que es muy interesante hablar desde un contexto muy determinado y trabajar ese contexto de lo local hacia lo global, de alguna forma influir en el contexto determinado para hacer proyectos y que lo trabajado tenga una vida posterior dentro del mundo del arte contemporáneo.
SM: Como artistas ambos, ¿qué aporta una residencia a la trayectoria de un creador?
Co-Net_: Como artistas, pensamos que las residencias, sobre todo si están remuneradas como en este caso, es una forma de dar la posibilidad a un artista de desarrollar un proyecto durante un tiempo, centrarse en él y no tener otras cosas en mente poder trabajar el 100% del tiempo en el proyecto, pensando en el desarrollo y haciendo todas las investigaciones pertinentes para que ese trabajo salga adelante. Pero como siempre depende mucho de las características de la residencia de si está, remunerada o no o del tiempo de duración. En nuestro caso, independientemente, siempre ha servido para sacarnos de la zona de confort y provocar pequeños avances en la investigación del trabajo.
SM: ¿Qué perfil buscáis en los artistas que escogéis para vuestras residencias?
Agustín: Es un perfil diverso, aunque no solo lo buscamos nosotros, existe un comité de selección compuesto por profesionales del sector externos, algunos a la gestión del proyecto, pero involucrados de una forma directa con él, son los que seleccionan los proyectos después de una convocatoria pública. El perfil suele ser artistas de media carrera y comprometidos con su trabajo artístico y con ganas de desarrollar sus proyectos personales
En toda nuestra experiencia, también lo que pretendemos es trabajar desde una paridad en torno al género y también mezclar artistas en diferentes estados de su carrera, dado que la experiencia de dos meses conviviendo es muy intensa y se comparten y se crean grandes vínculos personales, así unos se complementan a otros y lo interesante es crear un grupo de personas que trabajen y convivan en total armonía dentro del proyecto.
SM: La relación con el territorio es la base de ArtRes y CeramicRes. A nivel comunitario y a nivel social, ¿en qué medida pensáis que pueden repercutir este tipo de residencias artísticas?
Carlos: Creo que el impacto a nivel social en poblaciones pequeñas como estas es mayor. Se puede interactuar mucho más con la gente del pueblo y se genera un feedback más potente tanto para el artista tanto como para los lugareños porque al final es una forma de abrir el arte contemporáneo a un público que no tendría acceso de manera cotidiana o a gente que no está interesada en el arte contemporáneo y, de repente, puede descubrir cómo trabaja o como piensa un artista y eso sensibiliza mucho a la hora de que estas personas en el futuro puedan ver exposiciones u otro tipo de actividades culturales de manera más abierta. Por otro lado, los artistas se llevan un conocimiento que luego utilizan tanto en sus prácticas como en el contacto con otras personas, creo que para ellas también es una experiencia muy potente y personal porque llegan a crear lazos con la gente del lugar.
SM: ¿En qué punto el elemento rural se entremezcla con las residencias?
Agustín: Es una consecuencia indirecta, porque buscamos contextos más pequeños. Creemos que al trabajar en contextos más pequeños el impacto de la convivencia del programa de residencias es mucho más directa que en la gran ciudad. Los artistas trabajan con los ciudadanos de estas localidades, buscando también puntos de conexión dado que nosotros solicitamos en nuestras bases que el proyecto tenga algún tipo de relación con el territorio. Se producen relecturas de la propia identidad y en la convivencia es donde se mezcla todo ello creando un interés de la ciudadanía por la creación de arte contemporáneo, rompiendo las barreras que hay entre arte contemporáneo y la sociedad actual, ya que al conocer a los artistas directamente al convivir con ellos, al entremezclarse en otros contextos, que no sean los profesionales y hablar y compartir sus preocupaciones, a los ciudadanos le resulta interesante y estimulante ver la evolución de los proyectos.
Acercarse a ver el trabajo que presentan estos artistas es una forma orgánica de relacionarse que rompe muchas barreras entre el contexto rural y el arte contemporáneo.
SM: Reconocemos en los últimos tiempos un mayor impulso a nivel institucional por acercar el arte y sus espacios a lo local. Como agentes culturales -y artistas-, ¿qué opinión tenéis sobre esto y por qué pensáis que está sucediendo en este momento?
Carlos: Como agentes, hemos evolucionado hacia una forma de plantear las prácticas artísticas más allá de la exposición en sí misma y buscar otros medios u otros canales para de esta manera acercar la cultura al público.
También las instituciones se van dando cuenta de que la forma de apoyar el desarrollo artístico no es solo hacer exposiciones y tampoco basta con que grandes nombres figuren en las muestras, que está muy bien, pero hay que dar visibilidad a proyectos contemporáneos y visibilidad a artistas que están trabajando en la actualidad.
Sigue haciendo falta un impulso más fuerte al apoyo de los artistas contemporáneos. Pensamos que sigue haciendo falta hacer una inversión a ciegas con el objeto de que al final, la población entienda o comprenda o se sensibilice mucho más con el arte, cosa que al final es positiva también en cualquier otro tipo de práctica. Independientemente de la profesión de cada uno el arte abre formas de pensar abre la mente para analizar o ver la vida de cada uno de nosotros de manera mucho más flexible.
SM: ¿Cuál será -u os gustaría que fuera- el próximo paso de las residencias que impulsáis desde Co-Net?
Agustín: Principalmente la continuidad. Creemos que estos programas de residencias artísticas tienen sentido cuando se dilatan en el tiempo, cuando no son una acción o una actividad puntual, sino que es algo que se extiende en el tiempo que pasa todos los años. Cuando los residentes y agentes involucrados en los proyectos esperan estas fechas para volver a repetir la actividad, volver a conocer a otros artistas y volver a presentar otro tipo de trabajo, es ahí donde se genera un impacto. Esa es nuestra mayor preocupación, que estos proyectos se puedan desarrollar año tras año en los mismos contextos creando una comunidad tanto de artistas como de gente interesada involucrada en la creación de proyectos de arte contemporáneo.
De forma orgánica progresiva. Los proyectos van creciendo. Este año en cerámica tenemos el programa de visitas externas que el anterior no teníamos y complementa mucho y de forma muy positiva al trabajo contextual.
Y progresivamente cada año, intentamos incluir diferentes tipos de actividades que hagan que la propia residencia sea un espacio de reflexión y de intercambio, con la intención de dar a conocer el trabajo de los artistas y los proyectos y los contextos fuera del propio contexto de creación. Pero, actualmente, nuestra mayor preocupación es seguir trabajando de una forma continuada y extendida en el tiempo.
Fotografía cabecera: Fotografía de Co-Net_ por Juan Vicent. Cortesía de Co-Net_
Para + info: https://www.conetart.com/