Hace escasos meses destacamos la obra de la artista Nieves González (Huelva, 1996), cuya pintura presentamos tanto en Artist Spotlight como práctica individual como en un group show —Las Gaviotas— curado por Victoria Rivers para la Fundación Osborne y la Colección Casa de Indias en Cádiz. Su estilo admite una lectura racionalmente estructurada: una figuración clásica que remite a los claroscuros barroquizantes, a la relectura pop y a la simbología de figuras del canon clásico y hegemónico como Francisco de Zurbarán —referente ligado a su formación en la Facultad de Bellas Artes de la Universidad de Sevilla—. En su obra conviven la subversión estética y la atención minuciosa al detalle del vestido, elementos que transforman la tradición en gesto y trazo contemporáneos.
Hace apenas unos días se hizo público que la pintora onubense es la autora de la portada del nuevo disco de la artista británica Lily Allen, West End Girl. Un diálogo entre música y pintura que resuena en las trazas que suturan la vulnerabilidad, la luz, la poética, lo autorreferencial y lo íntimo, según la propia González en una entrevista reciente. Se trata de un encargo —casi a la manera de los mecenas renacentistas— de la directora creativa del disco, Leith Clark. Un recorrido entre Londres y Granada (donde actualmente reside González) que, en un viaje de ida y vuelta, completa el círculo en forma de retrato barroco con acentos contemporáneos: una estética que se despliega desde la herencia pictórica y se proyecta hacia su renovación, estirándola en el propio discurrir del presente.