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Crits del Mur. Artistes urbans en la sala: gesto y resistencia

Muestra comisariada por María Guillem en la mítica Llotja de Sant Jordi de Santiago Calatrava, hasta el 1.12.

La exposición Crits del Mur. Artistes urbans en la sala, en la Llotja de Sant Jordi de Alcoy hasta el 1.12 y comisariada por María Guillem [1], explora el paisaje a partir de una mirada amplia y plural, donde el gesto y la identidad son claves para comprender las obras de los seis artistas que participan en la muestra. Estos creadores –Kaniz, Xavi Ceerre, Lluïsa Penella, Fasim, Roice183 y Stillo Noir [2]– que reinterpretan el concepto desde perspectivas íntimas y socio-políticas, manifiestan aquí un lenguaje que vincula lo urbano con la naturaleza, consiguiendo trascender los límites del graffiti tradicional, invitándonos a repensar el arte como una manera de habitar y resistir el espacio, desde un lugar recónditamente personal.

La huella en la que rastrear el legado del arte urbano es el gesto. Este, se convierte en el trazo que firma un territorio -actuando casi de reclamo de un espacio como propio-. Una acción densa y profunda, capaz de contener contienda y memoria, iniciada desde un impulso espontáneo e inmediato. En esta exposición, ese gesto, en su transición al espacio institucional, se transforma orgánicamente sin perder su fuerza originaria. La obra de Germán Bel -Fasim- ejemplifica esta idea con sus paisajes borrados. Estas obras, creadas mediante la acumulación y erosión de capas de pintura, son un testimonio del gesto entendido como práctica procesual. Cada trazo, que añade o elimina, es una declaración manifiesta que conecta la experiencia propia con una reflexión más amplia (para el público y para sí mismo) sobre la desaparición del entorno natural y la invasión de la materia urbana hacia este. Este gesto -inocente o no- de borrar para crear se convierte en un acto de resistencia frente a la modernidad (auto)impuesta. Del mismo modo, Javier Pérez -Roice183- reivindica la naturaleza efímera del graffiti a través de pinceladas rápidas, casi impulsivas. Sus obras, marcadas por la gestualidad del arte urbano, se nos revelan como cartografías emocionales capaces de traducir la experiencia de la urbe en formas abstractas. Al superponer elementos arquitectónicos con texturas y degradados, Roice183 construye un relato visual en la que el gesto es tanto un impulso creador como un acto libertario.

Siguiendo la narrativa gestual, podríamos afirmar que esta -es decir, el gesto en sí mismo- está intrínsecamente relacionado con la identidad. En Crits del Mur, el paisaje no es solo un entorno meramente físico; es un espejo infinito donde los artistas proyectan y reconstruyen su identidad. Este group show conecta la búsqueda individual con un marco colectivo, reivindicando el street art como un vehículo para narrar historias compartidas y preservar memorias que se desdibujan en la vorágine mordaz y agresiva del desarrollo urbano-capitalista. Kaniz traduce su experiencia personal en paisajes surrealistas donde el gesto es tan íntimo como simbólico. En piezas como Paisaje interior I, atisbamos como el artista explora la idea de libertad individual, entendiendo el paisaje en un sentido dual de refugio y reivindicación de la autonomía particular. Por su parte, Lluïsa Penella articula su obra como un arkheion de identidad territorial. Sus representaciones de las murallas de Alcoy no solo son un homenaje al pretérito ilustre, sino también un gesto de resistencia frente a la erosión y destrucción de la memoria colectiva. A través de texturas y trazos voraces, Penella convierte el panorama de la ciudad en un espacio donde identidad y territorio se entrelazan en una simbiosis indisoluble. Stillo Noir, en cambio, descompone la identidad en detalles casi imposibles de percibir. Su uso del blanco y negro transforma elementos cotidianos –el trazo de una hoja, el patrón de un pavimento– en símbolos universales de conexión con la naturaleza y el entorno metropolitano. En sus creaciones, la identidad se nos revela en los gestos más sutiles y bellos, otorgándoles un resignificado continuo.

Travesía nocturna y luna llena 6 ( El sendero del mago), (2023), Germán Bel Fasim. Acrílico sobre lienzo, 100 cm x 81 cm. Foto de Jordi Arques.
Paisatge gòtic (2024), Xavi Ceerre. Esmalte sobre tela, 340 cm x 160 cm. Foto de Jordi Arques.

En el arte urbano, todo gesto es político. A través de este prisma, el gesto artístico es un acto de apropiación del lugar: una afirmación de presencia tácita que desafía las normas y jerarquías establecidas e impuestas. Esta muestra resalta cómo ese gesto, trasladado al campo expositivo institucional, mantiene y acentúa su carga subversiva. En esta línea hermenéutica, Xavi Ceerre, transforma materiales industriales y papeles de periódico en soportes artísticos, rescatando y reimaginando fragmentos del pasado industrial alcoyano, que de alguna forma, es parte de su vida. Sus piezas, que evocan paisajes urbanos marcados por la memoria, cuestionan el vínculo entre desarrollo y olvido, mostrando cómo el gesto artístico puede revalorizar aquello que la contemporaneidad deshecha. Esta dimensión política es también palpable en la obra de Roice183, donde el gesto efímero del graffiti adquiere un carácter casi poético. Al jugar con la fragilidad de sus composiciones, Roice183 subraya la tensión entre lo transitorio y lo permanente, entre lo visible y lo oculto, recordándonos que el street art es, ante todo, una sentencia reaccionaria ante las condiciones de la ciudad y aquellos que la habitan.

Publicación de la exposición. Foto de Jordi Arques
Inauguración de 'Crits del Mur. Llotja de Sant Jordi' expuesta en la obra arquitectónica de Santiago Calatrava. Foto de Jordi Arques

En Crits del Mur, gesto e identidad no solo sobreviven a la transición del arte urbano al museo, sino que se ven potenciados, siendo enmarcados en la obra arquitectónica de Santiago Calatrava, cuyo peso conceptual es grave y denso. Al trasladar las huellas del muro al lienzo, al objet trouvé o a la instalación, estos artistas  expanden las posibilidades narrativas de su lenguaje visual, conectando de este modo las diferentes esferas de desarrollo humano, haciendo convivir lo exterior con lo interior, lo público con lo íntimo. Así, esta exhibición es un recordatorio de que el arte urbano no es solo un fenómeno meramente estético, sino también una herramienta para explorar quiénes somos y cómo nos relacionamos con nuestro entorno. El gesto del artista urbano -ya sea en la calle o en una sala expositiva-, es siempre un acto de afirmación superlativo: un ente gimiente que grita identidad, memoria y libertad.

NOTAS AL PIE

[1] Con texto curatorial de María Guillem y Oscar García. 

[2]Vincent C.V.D. Spek (Kaniz), Xavi Ceerre, Lluïsa Penella, Germán Bel (Fasim), Javier Pérez (Roice 183) y Stillo Noir (Tanya Heidrich).

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