Marina Vargas (Granada, 1980) es una artista multidisciplinar, comprometida, crítica. El halo feminista atraviesa su vida y obra, que parte de lo sagrado, el pasado grecorromano y la mitología clásica, para ofrecer al público nuevas lecturas y genealogías. Conversamos con la artista granadina, con pretexto de su participación como artista invitada en la 11º edición de la Feria Marte, sobre sus referentes, lo procesual en su creación, sus impulsos, el color.

SM: En un mundo donde lo superficial es casi un dogma, ¿cómo dialoga tu arte con la banalidad?

MV: Yo no me comparo con lo que los demás hacen y no pretendo entrar en un círculo genérico. Al final, todo lo filtra el mercado, desde lo más superficial hasta lo más profundo. Partiendo desde esta premisa, no me preocupa mucho formar parte de algo que es una mayoría; prefiero ser un verso libre, al fin y al cabo.

SM: ¿Cuál consideras que es el relato de Marina Vargas dentro del arte contemporáneo nacional e internacional?

MV: Considero que es el mismo relato tanto para lo nacional, como para lo internacional. Es un relato que ha sido vivido, por el que he luchado y por el que he dado la cara. En esencia, diré que no hay una verdad universal, pero yo tengo la mía: lo que yo considero más íntegro para estar en el mundo, o un intento de tener esa integridad. Esa es la base de mi relato.

SM: ¿Qué ha significado para ti tu participación en “New Worlds: Woman to Wacht 2024”?

MV: Ha sido muy simbólico. New Worlds ha significado el reconocimiento de un trabajo que llevaba mucho tiempo haciendo, de una obra que para mí es icónica y que marca un bocado en mi biografía y en mi trayectoria artística: tanto por el sentido de la escultura como por lo que ésta significa siendo presidenta de una asociación como Intra-Venus. Ver, además, como esa obra se activa aquí a nivel nacional y cómo se activa allí, el hecho de tener un escaparate internacional que siempre legitima a una artista y su trayectoria…ha sido un espaldarazo para mi carrera profesional. Igualmente, es súper satisfactorio ver como la pieza ha cobrado un protagonismo dentro de la exposición y cómo se ha recibido y vinculado ¡incluso con el Black Power! Ha resultado una sorpresa para mí (y también un honor) ver esa creación en el museo de mujeres, una institución a nivel internacional única que apoya y respalda el arte de mujeres, en la que puedes encontrar esculturas de Niki de Saint Phalle o de Louise Bourgeois, que forman parte de su colección. Allí pude compartir charla, preocupaciones y posicionamiento con otras compañeras, ya que se generó toda una dinámica en torno a la exhibición, convirtiéndose en un encuentro internacional de artistas, en el que hemos tenido la oportunidad de debatir nuevas posibilidades para generar nuevas herramientas.

SM: ¿Qué piensas que aportan el tipo de encuentros artísticos como la Feria Marte al panorama nacional y qué análisis haces de que cuenten con una creadora como tú?

MV: Creo que hay que apoyar mucho la dinámica y la gestión cultural que se lleva a cabo en zonas y ciudades periféricas, fuera de la centralización cultural de Madrid. Yo soy granadina y me he formado en una ciudad en la que tampoco hay mucho mercado del arte, y, actualmente, no hay ninguna galería. Hay que cuidar y fortalecer ese tejido cultural local, y generar posibilidades tanto para los artistas en formación como para el público: tenemos que fomentar el acercamiento del arte al pueblo, crear un mercado, una inquietud. Esto, es una labor en la que todos -desde los artistas, las galerías hasta toda la industria cultural- debemos trabajar, ya que el tejido es muy frágil. Iniciativas como la que representa la Feria Marte deben cuidarse por parte de todos, para que se consoliden y continúen.

SM: A lo largo de tu trayectoria -a través de tu propio trabajo e inmersión en otros proyectos como el colectivo de La Roldana- es visible la carga reivindicativa que gira alrededor de la visibilidad femenina en el mundo del arte. ¿Cómo te posicionas en este sistema ante las instituciones?

MV: Me posiciono como lo he hecho siempre y lo seguiré haciendo: desde una actitud crítica. Por ejemplo, si me invitan una exposición colectiva, ya sea una institución, una galería o un comisario, y el número de mujeres artistas participantes no es equitativo, lo critico sin temblarme la voz e, incluso, me iría del proyecto si fuera necesario. No trabajo con gente que considera el arte feminista un arte de segunda categoría o con personas con actitudes contrarias al feminismo. En la industria cultural española aún hay mucha ignorancia con respecto a este tema. Creo que aún estamos evolucionando en este terreno y estamos consiguiendo, con mucho esfuerzo por parte de las que nos posicionamos, que estas dinámicas se estén transformando y que haya una mayor presencia de las mujeres en el arte.

Detalle de la obra Diez de Espadas, Marina Vargas. Fotografía de Zdenek Tusek. Cortesía de la artista.
Retrato de la artista Marina Vargas por Javier Cobalto. Cortesía de la artista.

SM:¿Podrías hablarnos de tus referentes culturales?

MV: Tengo muchos referentes culturales. Uno muy claro relacionado con Intra-Venus y mi presencia en New Worlds sería Hannah Wilke, a la que hice un homenaje a través del propio título de la obra y así continuar así su genealogía. Wilke visibilizó todo su proceso de enfermedad y es una de mis referencias vitales, claramente conectada con la asociación de Intra-Venus. Otra inspiración que he tenido presente desde mis inicios es Louise Bourgeois: sus instalaciones, obras, escritos. También figuras como Francesca Woodman -su investigación en torno al cuerpo- o Judy Chicago -no solo por su lenguaje formal sino por su postura con respecto a la situación de la mujer en el mundo del arte-. Mis referencias siempre son artistas cuya vida y obra son una y que sus posicionamientos han sido clave para todas aquellas que hemos venido detrás.

SM: ¿Qué simboliza el color en tu trabajo?

MV: El color en mi obra atiende a un orden simbólico en cada pieza: en base a las energías que quiero representar, elijo un color u otro, como ocurre en el caso de las esculturas de la Piedad o las cartas del Tarot. Para mí, el color es un aliento energético que carga las piezas y que tiene su propia forma de ser. Por ello, hay que estar muy atento y preguntar a las obras qué color necesitan. Esto es muy evidente en el caso del proyecto que voy a llevar a Marte (Las líneas del destino): son dos cartas de Tarot que ya tienen una tabla de color a nivel simbólica preconcebida; es decir, que yo no pinto de manera aleatoria sino que parto siempre desde ese orden simbólico.

SM: La reinterpretación de la mitología y el arte clásico es fundamental en tu obra. ¿Qué tomas de estos y por qué?

MV: Como bien dices, la reinterpretación de la mitología y el arte clásico es muy importante en mi obra: los revisito constantemente desde una perspectiva investigadora y crítica. Todo nuestro inconsciente cultural colectivo parte de un pasado, y más concretamente, del canon grecorromano. Dicho canon lo aprendemos sin cuestionamientos y es aquí donde me sitúo, ya que considero fundamental revisar ese pasado. Además, este paradigma cultural proviene de un orden patriarcal que es necesario debatir. La mitología, además, me interesa especialmente porque está llena de verdades, pero también por su relación con lo ritual y la psicomagia. Lo mitológico es un elemento vivo.

SM: ¿Cómo conversan tus piezas actuales con tus obras más tempranas?

MV: Mis obras actuales siguen manteniendo un cordón umbilical con sus orígenes. Si miro mis trabajos más tempranos veo que están estrechamente vinculados con los actuales y que tienen sentido dentro de mi trayectoria. A veces, revisito mis proyectos iniciales y vuelvo a profundizar de nuevo en ellos. Esto, en parte se debe a que soy una artista procesual, para la que los procesos son imprescindibles: cada hilo es un paso más, pero a la vez, parte de otro hilo que se va enganchando a otro, y así sucesivamente. Este lenguaje artístico -que representa un universo en el que todo está ligado- es el que me interesa a mí como artista, y también el que despierta mi atracción hacia otras artistas. De hecho, el proyecto que presento en Marte (Las líneas del destino), es un trabajo del 2015 que continúa en curso a lo largo del tiempo y que ni siquiera sé si tendrá un fin.

SM: Teniendo en cuenta que eres una artista multidisciplinar que trabaja con diversos medios. ¿La obra define el canal o viceversa?

MV: Soy una artista multidisciplinar, pero mi preocupación no es el canal. No tengo ninguna limitación en cuanto a la elección de materiales. Es el proceso el que me guía y no tanto el canal. Para mí, Intra-Venus sería un ejemplo de esto. Si dejamos que la preocupación de la pieza gire en torno al canal, solo creamos objetos muertos.

Marina Vargas, artista invitada de la 11º Edición de la Feria Marte

Fotografía cabecera: Las Líneas del Destino. Diez de Espadas y As de Espadas. (2015- 2018), Marina Vargas. Técnica mixta sobre madera. 2005 cm x 122cm cada una. Lectura del Diez de Espadas y El As de Espadas: dejar el pasado atrás con decisión y valentía. Fotografía de Javier Cobalto. Cortesía de la artista. 

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