Hablamos con la gestora cultural Semíramis González (Gijón, 1988) a propósito de la exposición "Cartas al director" de Cristina de Middel en la Sala Canal Isabel II, como comisaria de la muestra. Conversamos sobre el humor en la obra de De Middel, la ficción en fotografía, la banalidad en las imágenes contemporáneas y el fundamento de la exposición de De Middel
SM: ¿En qué medida consideras que ha cambiado el mensaje de Cristina de Middel a lo largo de su trayectoria y cómo se refleja esto en una exhibición donde se muestran proyectos de diversos años, desde Vida y milagros de Paula P. (2009) hasta The Kabuler (2022)?
SG: En realidad creo que ha cambiado su forma de abordar los proyectos desde el punto de vista fotográfico, pero en cuanto a discurso creo que la coherencia que manifestaba ya en una de sus primeras series, Vida y milagros de Paula P. (2009), se mantiene intacta hasta The Kabuler o lo vemos más claramente en Gentlemen’s Club, que arranca en 2015 y aún continúa. Ese era uno de mis objetivos como comisaria, mostrar que bajo el estilo indiscutible que reconocemos en De Middel hay también una perspectiva crítica desde sus inicios.
SM: ¿Qué papel juega el humor en la fotografía de De Middel?¿Este concepto estaba en el discurso narrativo a la hora de conceptualizar la exhibición?
SG: El humor es una constante en el trabajo de De Middel y se ha utilizado a menudo como eje central de otros proyectos expositivos suyos. Aquí no lo es. Está presente, como no podría ser de otra manera, pero justamente se busca que ese humor no solape ni oculte otras lecturas críticas y profundas sobre su trabajo que ya estaban desde el inicio de su carrera.
SM: En la obra de Cristina de Middel, ficción y verdad se entremezclan continuamente. ¿Qué opinión te merece la ficción en el universo fotográfico en general y en particular en el caso de De Middel?
SG: La ficción es, desde mi punto de vista, una de las herramientas más interesantes para trasladar ideas que hay. Lo proponían ya en los 80 en la literatura autoras como Ursula K. LeGuin y Octavia Butler y justamente a través de la ficción proponían discursos críticos con mucha más trascendencia de lo aparente. Yo me baso en esto para plantear esta exposición y releer el trabajo de De Middel desde esta óptica. Mi convencimiento está en que lo ficticio tiene capas de lectura muy a largo plazo y más profundas que mucho de lo meramente evidente. En esta exposición creo que se palpa esto y quien acaba la exposición se va con el sabor de boca de que acaban de decirle algo muy potente a través de ese juego entre realidad y ficción.
SM: Rescatando a Joan Fontcuberta, ¿la fotografía siempre miente?
SG: Yo diría más bien que la fotografía no siempre dice la verdad, que es distinto…
SM: En su trabajo, Cristina de Middel no busca aleccionar con su mirada. ¿Piensas que el público actual que acude a exposiciones de arte contemporáneo es más independiente en su lectura en general? ¿Por qué?
SG: Bueno, yo es que creo que hay que huir de una lectura única, especialmente desde lo artístico. Lo verdaderamente revolucionario es permitir transmitir una serie de ideas y que sea el público quien las interprete, de maneras muy distintas. Sino sería esta una exposición unidireccional y, sinceramente, creo que muy aburrida. En mi opinión está muy claro lo que De Middel formula, pero su propuesta es que sea quien visita la exposición quien termine de interpretar y leer el trabajo. Esto me parece mucho más difícil pero más interesante.
SM: Como historiadora del arte, comisaria y gestora cultural, y en relación a la disciplina de la muestra, ¿cómo vives el exceso visual de la actualidad?¿estamos condenados a la banalidad?
SG: Yo creo que vivimos un momento de aceleración en muchos campos, en el visual, en los mensajes, en el acortamiento de los tiempos… más que la banalidad me preocupa la poca profundidad, que la rapidez nos impida pensar con criterio… En esto creo que tenemos la oportunidad de plantear otro tiempo precisamente a través del arte. Hoy en día visitar una exposición tiene algo de ritual, entrar en un tiempo suspendido y, al menos, durante una hora, contemplar y pensar con cierta calma…
Fotografía cabecera: ‘Río de Janeiro. Charles’. De la serie ‘Gentlemen’s Club’, 2018. Cristina De Middel / Magnum Photos.
