Las creaciones de Javier Bravo de Rueda (Callao, Perú, 1989) son proyectos matéricos, contextuales, atravesados por muchas capas teóricas. Memoria, ritual o sincretismo son algunos de esos universos conceptuales sobre los que sobrevuela Bravo de Rueda. Ahora, en la valenciana Jorge López Galería expone con 'Derritiente para todos los colores’, hasta el 06.04

Toda creación parte de la nada. Ese vacío, algo relativo, es, en ocasiones, el punto de conexión entre la cosmología individual y general; aquello que nos habla del vínculo, con nosotros mismos y con el resto del mundo. En los artistas del hoy, dicho vínculo puede partir de las identidades contemporáneas, pero también de las pretéritas, que están en continuo desarrollo; todo forma un continuum. A tenor de este entramado teórico, Derritiente para todos los colores, tiene una vertiente procesual fundamental en su sentido y significado. Este solo show en la galería valenciana Jorge López, recorre la obra del artista peruano Javier Bravo de Rueda (Callao, Perú, 1989), desarrollando una cosmología personal a partir de la composición de un discurso plástico que sea el reflejo de la sociedad que nos acoge y condiciona.

En pasadas muestras, Bravo de Rueda -que fue galardonando con la Beca Botín de Arte en 2023- expresa su preocupación por un extravío cultural y existencial contemporáneo, en alusión a la constante transformación de la materia física y la necesidad de descubrir “estructuras invisibles” y conseguir un lenguaje personal propio. Esto sigue formando parte de la motivación y posterior hermenéutica dentro de la práctica del creador peruano, cuyos estudios le han llevado a lugares como Lima, Santiago de Chile, Nueva York o Bilbao.

El trabajo de Bravo de Rueda está atravesado por los conceptos de ritual, sincretismo o memoria. El autor y crítico de arte paraguayo Ticio Escobar -en obras como El mito del arte y el mito del pueblo (1987) o La belleza de los otros (1993)- habla de la importancia de las nociones de ritual y comunidad en el arte paraguayo, aunque extrapolándolo a América Latina y sus comunidades indígenas. La explotación de estas ideas -que terminan cuestionando la visión tradicional del arte en Occidente- en relación a las culturas originarias hace que la dimensión oscura, aurática, del símbolo desplace a tales culturas a las categorías de folklore o artesanía, para situarlas en el eje de lo que la teoría estética moderna considera arte [1]. En parte, esto tiene su reflejo en Derritiente para todos los colores, que hunde sus raíces en lo ritual y sus vestigios en el contexto físico de la Real Fábrica de L’Alcora y, más concretamente,  en el marco de la residencia cerámica que tiene lugar en L’Alcora [2]. En trabajos de la muestra como Suelo (2022) o Jaulas/Trampas/Esqueletos (2022), Bravo de Rueda expone como a través de estas obras pretende representar la idea de lo abandonado, del paso del tiempo y de las historias que se revelan gracias a procesos secundarios de alteración de la masa a partir de azulejos esmaltados abandonados o piezas de cerámica gres y porcelana, como si el artista abriera un diálogo entre la historia de la Nave Tilesa y el espectador, como en un antiguo rito andino, en una suerte de no-folklore. 

Vista de la exposición en Jorge López Galería: Ensamblajes (2022), Javier Bravo de Rueda. Gres refractario, loza y vidrios. Variables, aprox (35 x 30 x 25 cm). Fotografía por Sofía Alemán. Cortesía de la galería.
Maqueta para Animita Cruz de Camino (2022), delante y detalle de Ensamblajes (2022), detrás. Javier Bravo de Rueda. Stand Galería Jorge López para ARCOmadrid. Fotografía por Débora Barriga. Cortesía de la galería.

En la narración de la exhibición -y del discurso del artista en sí mismo- se nos habla metafóricamente de aquella tradición mística que reside en los lugares abandonados desde una visión crítica, que no alejada del esoterismo. Esto lleva a Bravo de Rueda a realizar una constante relectura constante del pasado arqueológico que como espectador nos lleva a cuestionarnos: ¿qué embrujo es aquel que conecta a las distintas sociedades y cómo el arte se sirve de ello en ocasiones?

NOTAS AL PIE:

[1] Tal y como señala Carla Daniela Benisz en la monografía El ritual como arte total. Los conceptos de comunidad y ritual en la obra crítica de Ticio Escobar (2013).

[2] Las obras expuestas en este solo show forman parte de la residencia artística de CeràmicRes, impulsada por Co-Net_, en la que Bravo de Rueda participó, como parte de la primera edición de este evento.

Imagen cabecera: detalle de Jaulas/Trampas/Esqueletos (2022), Javier Bravo de Rueda. Gres, Porcelana y Loza. 65 x 55 x 53 cm. Fotografía por Sofía Alemán. Cortesía de la galería.

Obra de Javier Bravo creada en el marco del proyecto organizado y coproducido por Co-net_ Art (Carlos Sebastiá y Agustín Serisuelo) y el Consorci de Museus de la Comunitat Valenciana a través del programa de residencias Cultura Resident del Consorci de Museos de la Comunitat Valenciana con colaboración de la Diputació de Castelló y el Ayuntamiento de Alcora. 

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