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del altazor de vicente huidobro a los penique productions

poesía creacionista e instalaciones efímeras: la conexión que empezó en el siglo XX y detona el arte contemporáneo.

viene la golongira; y el viento se hace parábola de sílfides en orgía; se llenan de notas los hilos telefónicos; se duerme el ocaso con la cabeza escondida, y el árbol con el pulso afiebrado (canto IV, Altazor, Vicente Huidobro)

En el siglo XX el chileno Vicente Huidobro engendró un movimiento literario fundamental para la poesía posterior (aunque quizás muchos no lo conozcan): el creacionismo. Esta corriente introduce la imaginación y lo lúdico como elemento constructor principal. Huidobro cogió las riendas de la lírica tradicional y la liberó, conduciéndola a derroteros nunca antes vistos. A partir de su obra creacionista principal, Altazor, la poesía dejará de representar y plasmar la realidad para escapar de ella e instalarse en una creación propia y autónoma.

 

Altazor es un poemario cuya aspiración principal es exponer las destrezas del ser humano en la historia occidental desde la muerte de dios, escapando del mundo tangible pero partiendo de él. A través de Altazor, Huidobro se hunde en sí mismo y en el propio infinito para construir una nueva imagen del hombre.

 

Sin embargo, y pese a que su influencia en la lírica posterior no haya sido incisiva -pero sí tácita y persistente- la huella creacionista se siente palpitante en Penique Productions, un colectivo interdisciplinar de Barcelona. Este colectivo, nacido en 2007, se aleja de la realidad más material, reinventando espacios y redefiniendo lugares históricos, alejándose de concepciones canónicas y tradicionales. Al igual que Huidobro, parten de la misma realidad para salirse de ella, creando instalaciones efímeras dentro de los mismos lugares históricos que tratan de redefinir. Penique Productions realiza sus trabajos envolviendo los edificios con telas -polietileno inflable-; aire, ventiladores y plástico al servicio del juego de colores y texturas. No se trata de obras conceptuales sino de percepción, la libertad en el público de sus piezas es fundamental, pues el concepto lo crean ellos mismos de manera independiente.

 

Esto enlaza directamente con el creacionismo de Altazor, a través del cual asistimos a la creación sublimada, el alejamiento de lo conocido y la comodidad de lo establecido para llegar a lo genuinamente nuevo y extraño hasta llegar a las obras de Penique Productions, pasando por otras figuras como Christo y Jeanne-Claude o Ernesto Neto.

 

La conexión entre Altazor y Globus Verd A Cel Obert va mucho más allá de lo aparente: espectador como cocreador, subversión de los preceptos tradicionales, el elemento lúdico y fantasioso como núcleo, la redefinición completa y absoluta, el elemento áereo como principio y fin.

Estar Azul, El Claustro, Gruta, Silencis, Take a Seat, Mentrestant, Dobra na Piscina; poesía estática en movimiento, campo inexplorado, el mundo adaptado a la mirada del espectador, juegos, caída, ruptura, aéreo, distorsión de las imágenes de la realidad tangible, el yo diluido, neologismos, eternidad e infinito, urgencia lírica,  nueva materialidad, ámbito onírico y surrealista, otredad, ocaso, creacionismo.

Foto: obra Globus Verd a Cel ObertFestival A Cel Obert de Tortosa, 2017  Créditos: © Penique productions

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