¿Dónde reside la estructura y dónde la suma de componentes que da lugar a esa estructura? En ninguna parte, en algún lugar / Inon ez, nonbait en la Galería Altxerri (Donostia-San Sebastián) se aproxima a lo escultórico a través de las piezas de Miren Doiz y Zuhar Iruretagoiena. Un proyecto curatorial de Juan Pablo Huércanos que se podrá visitar hasta el 17/06.

La sutileza y la indiscreción de los objet trouvé entran en contacto con la percepción del visitante que reconoce, cómplice, los materiales escultóricos. Una forma de composición artística en la que las creaciones apelan a tu mirada: el público no entra en una galería a ver arte sino que entra en la propia obra de arte. Líneas infinitas, afiladas, verticalidad, el filo de una cerámica rota y la quietud de las creaciones silenciosas, que observan y dialogan con sus propios componentes.

En ninguna parte, en algún lugar es un proyecto curatorial de Juan Pablo Huércanos para la Galería Altxerri. Dicho proyecto cuenta con trabajos -tanto de nueva producción como de anteriores series[1]– de Miren Doiz (Pamplona, 1980) y Zuhar Iruretagoiena (Zarautz, 1981), y se centra en la idea de la escultura como estructura y como unión de elementos que forman esa estructura; significante y significado.

Derroche/Colapso 1 (2022), Miren Doiz. Contrachapado, plástico termoformable, objetos encontrados, cinta adhesiva, pintura acrílica rojo, amarillo y naranja de cadmio. 52x70x8cm. Fotografía por Isabel Dublang y cedida por Galería Altxerri.

La resignificación continua de la obra escultórica -y las piezas mismas que la forman- en Un paisaje personal y culpable I y II o Sin título (2018) de Doiz, el color y la memoria, se unen a la intersección entre utilidad e imposibilidad de los trabajos expuestos de Iruretagoiena (como en los varios Sin título, 2023): cestería tradicional a base de piezas metálicas urdidas que se convierten en paradoja de la esencia de cada objeto y sus fines; ¿la rigidez cederá al contenido? En palabras del propio Huércanos, las propuestas de Doiz «apelan a la condición intempestiva del arte. (…) se concibe una suerte de escultura anti aurática, erigida desde lo residual, que renuncia conscientemente a una forma ideal[2]Esta concepción, unida a los minúsculos gestos escultóricos nos hace retrotraernos al planteamiento del siglo XX en el que la pregunta de la función del arte se hace patente en los ready made dadaístas y surrealistas. En Art After Philosophy (1969) Joseph Kosuth afirma que «When objects are presented within the context of art (and until recently objects always have been used) they are as eligible for aesthetic consideration as are any objects in the world, and an aesthetic consideration of an object existing in the realm of art means that the object’s existence or functioning in an art context is irrelevant to the aesthetic judgment. (…)[3]»

S/T (2023), Zuhar Iruretagoiena. Sirga de acero inoxidable, sirga de acero galvaniza y virolas de aluminio. 60x90x60cm. Fotografía por Isabel Dublang y cedida por Galería Altxerri.
No es poético, Zuhar Iruretagoiena. Fotografía en color. Única.120x80 cm. Fotografía por Isabel Dublang y cedida por Galería Altxerri./Itzali da sua, Zuhar Iruretagoiena. Fotografía en color. Única.120x80 cm. Fotografía por Isabel Dublang y cedida por Galería Altxerri.

El recorrido planteado por Huércanos -y marcado por el propio ritmo arquitectónico del espacio de Altxerri, gestionado actualmente por Javier Balda- nos induce a repensar las creaciones de ambas artistas en términos de interrelación en pequeña y gran escala: la asociación de distintos fragmentos se convierte en escultura, mientras que el diálogo entre estas esculturas forman el proyecto expositivo en su conjunto, dando lugar a varios cosmos creativos simultáneos.

En ninguna parte, en algún lugar parte de una contradicción en la que pasado, presente y futuro se funden en un solo espectro, que da paso al ente escultórico. Como le sucede a Yu Tsun en el cuento borgiano El jardín de los senderos que se bifurcan, las esculturas de esta exhibición se nos revelan como una suma de tiempos, que suceden a la vez. Las piezas de Doiz e Iruretagoiena se comportan como una suma de elementos  matrices ensamblados en el pasado, que se accionan como obras de arte en el presente con un futuro incierto; ¿dónde reside su verdadera temporalidad?

Derroche/Colapso 2 (2022), Miren Doiz. Contrachapado, plástico termoformable, objetos encontrados, cinta adhesiva, pintura acrílica rojo, amarillo y naranja de cadmio. 92x95x5cm. Fotografía por Isabel Dublang y cedida por Galería Altxerri.
Un paisaje personal y culpable I y II, Miren Doiz. Materiales encontrados y pintura acrílica 190x90x25cm. Fotografía por Isabel Dublang y cedida por Galería Altxerri.

A través de las obras descontextualizadas de Miren Doiz y Zuhar Iruretagoiena, alcanzamos la estética onírica de aquellos poème-objet bautizados por André Breton a partir de la década de los 30. Una suerte de metafóricos cuerpos acoplados, ambiguos y ya fuera de toda funcionalidad nos hacen viajar a lo sutil e incompleto de la denominada intención artística[4]. Aquello que fue y ya no es, plectro articulado, desplazamiento de objetos[5]; en ningún lugar, en parte alguna[6].

NOTAS AL PIE

[1] Ambas artistas exponen aquí obras de proyectos anteriores y obras inéditas, pertenecientes a series como Los ultracuerpos en el caso de Zuhar Iruretagoiena o asociadas a ellas como en el caso de Miren Doiz y Un paisaje personal y culpable.

[2] Tomado del texto curatorial de En ninguna parte, en algún lugar de Juan Pablo Huércanos.

[3] «Cuando los objetos se presentan en el contexto del arte (y hasta hace poco siempre se ha recurrido a los objetos) son tan susceptibles de consideración estética como cualquier otro objeto del mundo, y la consideración estética de un objeto que existe en el ámbito del arte significa que la existencia o el funcionamiento del objeto en un contexto artístico es irrelevante para el juicio estético. (…)»

[4] Idea a la que alude Joseph Kosuth en el ensayo ya mencionado –Art After Philosophy (1969)- en relación al arte conceptual del siglo XX.

[5] Tomado del texto curatorial de En ninguna parte, en algún lugar de Juan Pablo Huércanos.

[6] Esta exhibición –En ninguna parte, en algún lugar– toma este nombre por la novela En ningún lugar, en parte alguna (1992) de Christa Wolf, tal y como refiere el comisario de la muestra en el texto curatorial.

Fotografía cabecera: detalle de ST (En ninguna parte en ningún lugar II), Miren Doiz. Materiales encontrados y pintura acrílica. 35x75x21 cm. Fotografía por Isabel Dublang y cedida por Galería Altxerri.

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